Antiguamente sabías cuando llegaba el verano al ver el puesto de limonadas aparecer en la plaza del pueblo, en la playa o en el paseo. Lo mismo que sucede en la actualdidad con el puesto de castañas, indicativo de que el invierno ha llegado.
Pero hoy en día un puesto de limonada es un raro avistamiento, especialmente en la ciudad, un zumo de limón recién hecho y 100 % natural, es una delicia para sofocar el calor. Para rememorar viejos tiempos hoy te traigo una receta de limonada con infusión de rosas, espero que la disfrutes.
Ingredientes para seis servicios
- 1 taza de azúcar, 1 taza de agua, 1 taza de zumo de limón fresco, 4 tazas de agua fría, 1 cucharada de agua de rosas, rodajas de guarnición-limón, pétalos de rosa.
Elaboración
Para hacer el jarabe de limón debes poner el agua y el azúcar en un cazo y lleva la mezcla a ebullición durante cinco minutos. Retira la cacerola del fuego y deja enfriar ligeramente. Añade el zumo de limón exprimido y la ralladura de limón y deja enfriar por completo.
Paralelamente infusiona los pétalos de rosa comestibles, sobretodo que sean aromáticos, en el agua, cuela el agua y deja enfriar en la nevera. Para terminar pon unos cubitos de hielo en un vaso, media taza del jarabe de limón y 3/4 de taza de agua fría de rosas y mézclalo.
Si no encuentras pétalos de rosa comestibles y aromáticos, entonces te recomiendo que añadas unas gotas, al gusto, de aroma alimenticio de rosas.
Degustación
Puedes servirlo en una jarra como vemos en la imagen de portada o directamente en un vaso, en ambos pondremos la limonada acabada con hielos, rodajas de limón y pétalos de rosa, para dar un toque de color.
Para terminar ya que hablamos de zumos, aprovecho para comentarte lo sorprendida que me quedé el otro día paseando por el mercado de La Boquería de Barcelona. Decidí tomarme un zumo de sandía de estos que preparan en esos puestos tan coloridos de frutas, pensados para que el turista se refresque con fruta natural recién exprimida o triturada.
Hacía años que no andaba por allí, la sorpresa fue que el zumo llevaba conservantes y colorantes, los colores eran exagerados, el zumo de kiwi parecía un cuadro de Warhol, por eso me fijé en los carteles y en pequeño indicaba los conservantes añadidos, una decepción.
De un puesto como este esperas precisamente que sea totalmente natural y fresco, recién exprimido. Sino lo es me compro uno de supermercado sin conservantes por un precio mucho más barato, ya que estos ascienden a dos euros. Al menos el puesto al que fui yo tenía conservantes, a lo mejor tuve la mala pata de ir a parar al puesto equivocado.
Imágenes, dirección de arte y estilismo | Apartment 34 y Aubrie Pick.
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