Me encanta el queso mascarpone, siempre tengo una tarrina en la nevera porque es perfecto para preparar postres rápidos como estos chupitos de cereza y mascarpone que aúnan mi pasión por este queso y las ricas cerezas de temporada que tenemos ahora.
Lo que me gusta de esta receta es que las proporciones son fáciles de aprender, que no hay ningún paso complicado y, sobre todo, que se puede servir sin tener que enfriar previamente y estará buena de todas formas.
Ingredientes para 8 chupitos
- 200g de queso mascarpone, 2 huevos, cerezas y 50g de azúcar (opcional)
Cómo hacer chupitos de cereza y mascarpone
El único paso medianamente entretenido de los chupitos de cereza y mascarpone es montar las claras de los huevos a punto de nieve, pero como solo son dos y estamos en verano, subirán en apenas cinco minutos, especialmente si usais la batidora con las varillas y un cuenco metálico.
Con las claras montadas, mezclamos el queso mascarpone con las yemas de los huevos y el azúcar, aunque se puede prescindir de él si no queremos que esté muy dulce, que hay que cuidar la línea también. Removemos bien hasta que se quede una crema espesa y la vamos incorporando a las claras montadas, mezclando con suavidad.
Una vez tenemos nuestra crema de mascarpone lista, la tapamos con film transparente y la dejamos en la nevera mientras deshuesamos y troceamos las cerezas. Yo he usado la técnica de las pajitas de mi amiga Esther de Directo al Paladar, pero con que consigáis partir las cerezas en trozos medianos, me vale.
Por último, colocamos las cerezas en el fondo de los vasos de chupito, rellenamos con la crema de mascarpone (no hace falta manga pastelera) y coronamos con una cereza entera para darle el toque definitivo a nuestra obra. Podemos servir directamente o dejar que se enfríe y endurezca un poco en la nevera, tapados con film.
Tiempo de elaboración | 20 minutos Dificultad | Fácil
Degustación
Los chupitos de cereza y mascarpone son un postre perfecto para servir cuando tenemos muchos invitados, porque se preparan en un santiamén y queda preciosos al servirlos. Además, son un postre dulce y fresco que no resulta empalagoso.
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