No os voy a decir que vengáis a la playa a Galicia en estos días, no es que no os quiera ver, pero es que estamos con un tiempo que no es nada apropiado para disfrutar de la arena y el agua. Pero sí que os voy a recomendar un hotel muy cuqui, que he descubierto recientemente, por si decidís acercaros a tierras galaicas en Semana Santa o en verano.
Se llama Hotel Lombiña y está situado en en un pueblo que se llama A Pobra do Caramiñal que tiene una playa estupenda, muy conocida por gallegos y foráneos, que llamada Cabío. Yo conocía la playa desde hace mucho tiempo, pero no el hotel, tal vez sea porque lo han renovado hace muy poco y hasta ahora no había llamado mi atención.
En realidad el hotel no está exactamente en la playa, pero solo lo separan de ella 200 metros, así que es casi como si estuviera y además lo que sí que está en la playa es su restaurante que, como podéis ver en la foto sobre estas líneas, tiene unas vistas estupendas desde su comedor.
Además, como antes os decía, el hotel ha sido renovado recientemente y es por eso que su decoración es moderna, colorista y divertida. Se trata de un hotel de tamaño medio con 30 habitaciones dobles, 2 familiares, 2 apartamentos y una habitación ejecutiva entre las que elegir lo que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Uno de los mayores placeres del verano y de las vacaciones, es el de desayunar con calma y no con las prisas que nos acompañan en época de trabajo. Al menos para mi, siendo el desayuno mi comida favorita del día, poder disfrutarlo en la terraza de la habitación con buen tiempo y buenas vistas, sería una experiencia de lo más relajante.
La habitación ejecutiva es algo más cara que las dobles, pero tiene mucho encanto, está situada en el ático y dispone de un salón y una zona de trabajo muy agradables que podéis ver en la foto sobre estas líneas. La decoración es sencilla pero acogedora y funcional y un espacio así será perfecto si tenemos que alternar vacaciones con algo de trabajo en línea.
Y si os da alergia la arena no os preocupéis que el hotel tiene también plan alternativo a la playa, hay piscina para los que prefieren el agua dulce pasada por cloro a la yodada del mar y el césped y la baldosa a la arena. La verdad es que no creo que la piscina tenga mucho uso con una playa tan maravillosa al lado, pero ya se sabe que para gustos colores.
Yo creo que en casos como este las imágenes valen más que mil palabras y no hará falta que yo os trate de convencer de que un plan así es algo estupendo. Además desde el hotel podemos visitar otras zonas y ciudades de Galicia. El hotel está, por ejemplo, a unos cuarenta minutos en coche de Santiago de Compostela.
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