Francia posee muchísimos rincones encantadores por lo que quedarse con uno es casi imposible. De todas formas si no me quedase más remedio que elegir uno ese bien podría ser Gerberoy, una pequeña localidad situada al norte del país en la región de la Picardie Verte .
Sus casas pequeñas con las vetas de madera de colores, caminos estrechos de adoquines y sus famosos rosales presidiendo jardines o cualquier esquina, toda su atmósfera nos da la impresión de estar dentro de un cómic de Astérix y Obélix.
Las flores forman parte de Gerberoy, haciendo que sea un pueblo de postal, mimado y atrayente, para perderse entre sus calles, disfrutar de sus casitas del siglo XVII y por supuesto de sus jardines, flores de muchos colores, plantas, arbustos y sus rosales trepadores. Por algo se le apodó "la ciudad de los mil rosales".
Artistas como el pintor francés Henri Le Sidaner se inspiraron en la pequeña Gerberoy para sus cuadros postimpresionistas.
No hay que olvidar que este pequeñito lugar tan solo posee 111 habitantes, pero a pesar de su extensión es considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, sobre todo en junio cuando tene lugar la Fiesta de las Rosas.
¿Nos os parece un bonito lugar para escaparse?
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