He de confesar que soy una de esas personas a las que hacer ejercicio les da mucha pereza, sé que es muy bueno para la salud y que después de hacerlo me sentiré mejor, pero a la hora de de coger las cosas y salir del trabajo o de casa para ir al centro de fitness siempre encuentro alguna excusa.
Tal vez contar con una motivación extrínseca para ir podría ayudarme. Con motivación extrínseca me refiero a algo positivo que se añada al hecho en si de tener un hábito saludable, por ejemplo una decoración muy cuidada y un ambiente que resulte tan atractivo como para que uno tenga ganas de ir.
UP Quality Fitness Clubs Bilbao, centro al que corresponden las fotos de este artículo, fue diseñado en 2010 por Sube Interiorismo en el local en el que anteriormente se encontraba el mítico Teatro Ayala de Bilbao. A la vista está que su diseño y su decoración es mucho más cuidada que la de otros muchos centros de fitness y que consiguen que resulte más atractivo.
En la foto sobre estas líneas podéis ver la entrada al centro, con una iluminación muy cuidada y detalles tan sencillos como unas plantas, pero que hacen que el ambiente resulte mucho más acogedor y amigable. En la primera foto de este artículo, una zona de relax que viene muy bien después de una dura sesión de ejercicio.
El cuidado de los detalles es algo que caracteriza este centro de fitness y que otros muchos deberían imitar. Las plantas, como antes comentaba, ayudan a que uno se sienta como en casa, o incluso mejor y las toallas, a juego con la decoración, hacen que podamos evitar esas de microfibra del Decathlon que todos usamos porque ocupan poco, pero que secar, no secan nada.
Y que decir de los vestuarios... hay mucha gente que evita el momento de la ducha en el gimnasio porque no soporta ver los vestuarios del mismo y es que hay muchos que dan pena. Sin embargo aquí podemos ver como un vestuario se puede convertir en un lugar agradable que invite a cambiarse de una forma relajada y tranquila.
En este caso es fundamental por un lado el pavimento elegido, que sea fácil de limpiar y que tenga un buen mantenimiento y por otro lado la iluminación, que sea tenue en unas zonas y directa e intensa en otras en función de las necesidades de cada área.
Y terminamos con lo más impresionante que es la piscina. La piscina es mi elemento favorito de cualquier gimnasio e incluso lo puedo considerar como una especie de premio después de una sesión de fitness. Estar viendo desde las máquinas una piscina tan fantástica como esta, es sin duda un buen aliciente para trabajar.
Llama también la atención la pasarela que encontramos sobre ella y que permite pasar de una zona a otra del centro de fitness, vale que algo tan espectacular no se puede conseguir en todos los gimnasios porque están condicionados por la forma del local, pero seguro que los detalles de este pueden servir como inspiración para muchos de ellos.
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