Soy un hombre de extremos. Ya dije en su momento que sentía debilidad por el iPad mini Retina Display, pero si hay algo por lo que lo cambiaría sería por un iPad Pro de 13 pulgadas del que se rumorea que ha empezado la producción en Korea del Sur para un lanzamiento a principios del año que viene.
No soy muy dado a hablar de rumores, ni a enseñar prototipos o ideas sacadas de la chistera. Ni siquiera me gusta cuando se trata de coches, pues siempre me decepciona que luego el modelo que acaba siendo real se parezca menos que una hamburguesa a la foto que la anuncia.
Hay quienes consideran que este movimiento no tendría mucho sentido por parte de Apple si un iPad de este tamaño no escondiera debajo un sistema operativo completo y no se tratara más que de un iPad gigante. Y yo coincido con ellos.
Si así fuera, para mi sería la joya de la corona, un iPad del tamaño de un folio A4 que podríamos llevar fácilmente en la mochila y tener un ordenador completo cuando necesitáramos. Así que si presentan un iPad Pro de 13 pulgadas yo digo: Cállese y coja mi dinero.
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