En pleno verano, más con estos calores, y con mucho tiempo libre (o no), lo que apetece es tirarse en el sofá bajo el aire acondicionado a echar unas partidas mientras pasa lo peor del día para salir a disfrutar del fresco de la tarde o de la noche… Al menos si no tenemos una piscina a mano o, mejor aún la playa.
Y claro, hubiera sido ideal para los más nostálgicos que el próximo lanzamiento de Nintendo estuviera ya en la calle… Porque es una pena que se nos vaya hasta noviembre. Aunque, cuando lleguen las navidades y tengamos el regalo perfecto, o estemos disfrutando de esas otras vacaciones echándonos unos vicios a los clásicos más clásicos del mundo del videojuego, seguro que nos importa menos no poder hacerlo ahora.
Porque, quién nos iba a decir que iba a ser la propia Nintendo la que iba a tirar de nostalgia y nos iba a poner a jugar otra vez a Mario (y Super Mario), a Donkey-Kong, al Pac Man de toda la vida, Bubble Bobble, o The Legend Of Zelda, por decir alguno… Pero eso es exactamente lo que la gran N nos viene a ofrecer para el 11 de noviembre y por 59,99 dólares: una NES que es una verdadera pasada, y que hará que a más de uno se le salten las lagrimillas.
Porque esta “nueva” consola, es una réplica de la NES original. Cuesta encontrar las 7 diferencias, si es que llegan a 7, y lo más notable es su tamaño mini. Muy “mini”.
No lleva cartuchos, eso sí. Los 30 clásicos que se pueden disfrutar con ella vienen cargados en su memoria interna. Y se conecta a la tele por HDMI, que se note que estamos en 2016, pero por lo demás, la diversión sin fin que ofrece, es básicamente la misma que la de aquella época dorada de los videojuegos, y además, con el mando original de la NES.
¿Quién va a querer emuladores a partir de ahora pudiendo disfrutar con esta monada de mini consola?
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