Hablar un domingo de esfuerzos debería estar penado con cárcel, ¿a que sí? Sí te identificas con esa frase, es muy posible que estés leyendo esto cómodamente desde el sofá, en tu tableta o en tu móvil. Pero, son muchas las horas de relax que podemos llegar a pasar repantingados en nuestra butaca preferida durante nuestro descanso dominical, y al final, las baterías de nuestros dispositivos terminan por no dar la talla.
Es entonces cuando toca acordarse de los antepasados de unos y de otros, al ver que el cable del cargador no llega hasta nuestro cómodo rinconcito de relax. Pero tranquilos, que no estáis solos. Otros muchos han pasado antes por esta misma situación y a algunos incluso les ha puesto a funcionar el coco, mirad si no este invento llamado Couchlet.
Es tan simple, que hasta os dará rabia que no se os haya ocurrido a vosotros, pero, si Mahoma no va a la montaña, hagamos que esta vaya a Mahoma... Sólo hay que añadir un alargador de dos metros y un par de puertos USB que lleguen desde el enchufe más cercano a nuestro sofá o a nuestra cama y ya podemos seguir procrastinando dominicalmente.
El Couchlet es tan simple como eso, no hay (mucho más). Sí que hay que mencionar que tiene una forma ideal para poderlo colocar entre los cojines del sofá, evitando así sentarnos incómodamente sobre él, o que tiene una pestaña abatible que permite que lo coloquemos entre el colchón de nuestra cama y el somier, quedando perfecto a nuestro lado.
El proyecto busca financiación a través de Indiegogo, aunque ya ha pasado sobradamente la meta marcada. Así que, señores y señoras comodones, si disponéis de 16 dólares, este es el cargador que estabais esperando… y que tendréis que seguir esperando un poco más en caso de querer haceros con uno, porque los primeros envíos se esperan para finales de este año.
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