¡No aguanto más! ¡Y todavía estamos a miércoles! Ese ha sido mi primer pensamiento al sonar el despertador. En casos tan extremos como el de hoy he de cortar por lo sano, así que convoco una reunión urgente con las amigas para poder desestresarme y hacer que el día sea más liviano. ¿Dónde ir? ¿Qué hacer? Lo mejor es planear una comida, te parte el día, la semana y todo se hace más llevable. Y un buen lugar para esto es Mordisco, un restaurante situado en la Eixample de Barcelona. ¿Todavía no has oído hablar de él? Llegas tarde. Aunque ya lo dice el refrán, más vale tarde que nunca...
Es llegar al restaurante y una se queda sin palabras, pues está situado en una casa señorial de dos plantas con patio incluido, donde el diseño (con mucho gusto) viene de la mano de Sandra Tarruella Interioristas. Además, entre sus numerosas habitaciones encontramos una pequeña tienda delicatessen y una zona de cocktails, ¿qué más podemos pedir?
¿Qué pedir?
Está claro que una bonita decoración gana mucho a la hora de escoger un restaurante, pero si éste no tiene una buena carta el éxito no viene ni queriendo. Pero no es el caso de Mordisco, pues entre su oferta nos encontramos con burrata con aceite virgen y tartar de tomate, una tortilla abierta de níscalos y butifarra negra que triunfa, y arroz de setas y torta del Casar.
Quizás el nombre os suene, y es que este restaurante fue lo más en la época de las Olimpiadas del 92 y desapareció con la llegada del Hotel Omm. Desde hace unos años lo volvieron a abrir cambiándolo de ubicación. Si todavía no te has acercado... Hazlo, te gustará.
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