Ya hemos hablado anteriormente de la importancia de un buen packaging, y hoy os lo volvemos a demostrar. Y es que todo el mundo debería aprender de los buenos diseños: no importa de qué producto quieras vender, primero ha de entrar por la vista. Por eso la charcutería Fatted Calf ha decidido optar por ese diseño que está tan de moda últimamente y que tiene un punto hipster, jugando con la caligrafía, los colores básicos y los tejidos tan de toda la vida.
Y lo de la calidad del producto viene después. Solo así se logra un tándem increíble para poder triunfar y que la gente repita. Se trata de una cadena de charcuterías de San Francisco que han optado por darle un nuevo aire a su negocio y por ello han confiado en el diseño de Victoria Herrera.
Como en todo, los pequeños detalles cobran importancia, por ello en cada uno de sus productos hay una descripción escrita a mano que aporta confianza y demuestra (un poco más) aquello de que está hecho a mano.
Este proyecto nació como un trabajo de la Academia de Arte de la Universidad de San Francisco (Academy of Art University) pero ha gustado tanto que la firma la ha empleado para sus tiendas. Una nueva visión del negocio de toda la vida con aire renovado.
¿Qué os parece el resultado final?
En Trendencias Lifestyle | Bi-Rite, donde los hipsters de San Francisco van a hacer la compra