Soy panera por naturaleza, y adoro todo tipo de pan. Multicereal, blanco, blando o de olivas. Es por ello que siempre voy en busca y captura de aquel templo que me ofrezca este manjar con los mejores productos y hechos de la mejor manera. Hace poco pude descubrir en Barcelona las panaderías Reykjavik, donde la tradición y la artesanía cobran mucha importancia.
Y es que todavía hacen el pan totalmente artesano, sin técnicas modernas ni productos artificiales, y eso al final se nota. El único problema que le veo es a la hora de elegir qué tipo de pan quieres, pues su variedad es inmensa y todos presentan muy buena pinta: pan de espelta, pan de maíz, pan de trigo, pan con semillas de amapola, pan de queso, pan con tomate seco, pan de mezclas de cereales...
Aunque para los más golosos siempre se pueden decantar por su variedad de pasteles, bizcochos o muffins. Es un pan hecho a la antigua, por lo que te dura mucho más gracias al uso de ingredientes de cultivo ecológico, el no uso de ningún tipo de aditivos, ni levaduras industriales, ni refinados.
La tentación está servida...
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