Algunos estaréis pensando que me he vuelto loca y en el título he mezclado conceptos sueltos al tuntún y otros estaréis pensando en posibles respuestas a mi pregunta. Pero yo os voy a dar la genuina y única solución al acertijo, el aceite de oliva virgen, los mantones de Manila y el turismo tienen en común más de lo que parece.
Cortijo Spiritu_Santo es un aceite de oliva virgen extra que tiene su origen en el municipio de Úbeda, en el corazón de Jaén. Su primera edición de la variedad picual, que se acaba de lanzar, se presenta en varios formatos, y en las botellas destaca la etiqueta de flores rojas y rosas que simulan el relieve de un mantón de Manila. Lo del oleoturismo os lo explico ahora, aunque al añadirle el 'oleo' delante, ya os podéis imaginar de qué va la cosa.
Juan Molina y María Molero son los propietarios del Cortijo Spíritu_Santo que tiene más de cien hectáreas de olivares y una almazara para el procesado en la propia finca. Para la obtención de su zumo de aceituna, utilizan las técnicas más modernas respetando los estándares de calidad de unas aceitunas recogidas entre octubre y noviembre, en un estado de madurez óptimo.
Entre las cualidades de este aceite destacan en nariz aromas intensos y complejos, como herbáceos y frutales que recuerdan a los tallos de la tomatera, y en boca un notable equilibrio entre amargo y picante.
El aceite, que se puede comprar online, viene en varios formatos. Por un lado están las botellas rectangulares de vidrio transparente y por otro una edición especial en botella curvilínea y de cristal oscuro. Además, cuentan con Bag in box, un formato familiar de 5 litros, presentado en un cómodo envase de aluminio y cartón. Los precios van desde los 7€ de la botella más pequeña, hasta los 35€ del familiar.
Y una de las cosas que más me ha gustado a mi, es el concepto de oleoturismo. La finca Cortijo Spiritu_Santo cuenta con una casa-cortijo del s.VIII conocida en la época como 'Fuente de la Teja', que su dueña dejó en herencia al Convento de Santi Espíritu, de ahí el nombre. Y en ella nos podemos alojar.
El ambiente de la casa, perfectamente renovada y acondicionada, parece encantador y además hay posibilidad de realizar actividades con las que adentrarse en el mundo del olivar. Paseos entre olivos, visita a la almazara, cata de aceite y visitas guiadas por Úbeda y Baeza. ¿A que suena bien?
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