Cuando he leído que la carne que utilizan en BUNS para la elaboración de sus hamburguesas es auténtica vaca rubia gallega, he pensado, ¡así sí! y me he visto en la obligación de compartir con vosotros la información sobre sus dos locales en Madrid y en Pozuleo. Locales en los que la buena cocina se mezcla además con un excelente diseño.
La filosofía de BUNS es la de cocina abierta, así que como clientes podemos ver todo lo que sucede dentro de ellas, todos los platos son home made, nada de productos congelados. Los dos restaurantes, el de Madrid y el de Pozuelo, tienen una decoración distinta porque tienen en cuenta la fisonomía de cada local y el entorno. Pero tienen detalles comunes como los azulejos, los mantelitos de papel, las referencias al cine, los toques de humor o la música.
A cargo de estos dos restaurantes se encuentra Fredi Navarro que describe de la siguiente manera el proyecto:
Buns es un proyecto al que llevaba tiempo dándole vueltas. Un tipo de hamburguesería, o restaurante americano si se quiere, con una carta muy seleccionada, en donde el protagonista es el producto, sin adornos innecesarios. Una hamburguesa, sencilla en elaboración y presentación. De hecho se apuesta por los 'sides', o 'acompañamientos' de la hamburguesa, que se sirven en recipiente aparte para no estorbar esa sencillez. Por otro lado, veía la necesidad de elevar, dignificar, el concepto de 'me apetece una hamburguesa' y llevarlo a un ambiente cuidado, donde te apetezca quedarte más allá del tiempo estrictamente necesario para comer. Es una hamburguesa que casa perfectamente con un buen vino o una copa delicadamente preparada, y una buena conversación.
El local de López de Hoyos en Madrid tiene varios ingredientes propios de un local londinense como bancadas de cuero, cristaleras de hierro, diseño o luz tenue, todo ello unido con un toque vintage e industrial que lo hace muy acogedor. Hay que destacar los detalles con toques de ironía: cabezas de ciervo de escayola con cuernos dorados, el hacha que cuelga de una de las paredes, el papel que decora los baños con avestruces escondiendo la cabeza, una pared en la que se proyectan películas antiguas enmarcadas... El ambiente lo completa la música de fondo: Iggy pop, Cristal fighters o Kings of convenience entre otros.
El restaurante de Pozuelo de Alarcón sigue con el estilo de la atmosfera fresca y agradable de su predecesor. También lleva la firma de Carla de Prada, en este caso acompañada por Verónica Robayna, ambas arquitectas de interior. Se trata de un espacio rodeado de cristaleras que permite que fluya la luz natural en el local. A la izquierda hay un jardín verde que invita a la intimidad y a la derecha una terraza de estilo francés donde compartir y disfrutar del bullicio. La cocina gana presencia en este local ya que se pude divisar desde cualquier punto.
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