La belleza de los Audi es difícil de explicar. No son espectaculares, ni radicales, pero para mi son una continua lección de diseño, de minimalismo llevado al automovilismo, donde cada detalle, cada línea, cada pliegue es importante, algo que se nota perfectamente en el nuevo Audi A3 Sedán.
Normalmente las versiones sedán de vehículos cinco puertas son auténticas aberraciones que duele sólo mirarlas. Me viene a la mente el primer Ford Focus Sedán que os muestro a continuación, aunque estoy seguro de que podréis recordar muchos más.
El nuevo Audi A3 Sedán conserva muy bien la estilizada línea del A3, adquiriendo rasgos de su hermano mayor el A4, aunque más compacto y deportivo. Elegante y sobrio sin perder ese punto de agresividad que le otorga la parrilla frontal y el carenado lateral.
Sin embargo, lo más interesante de este Audi A3 Sedán es la explicación del diseño que ofrece Dany Garand, uno de los artífices de esta pequeña belleza de la ingeniería. Con sus palabras --en inglés, me temo-- descubrimos cómo nada en el diseño es casualidad y que si no podemos dejar de mirarlo es por algo.
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