Mercedes Clase S Coupé Concept: amor a primera vista

Así son las cosas; lo mío con el Mercedes Clase S Coupé Concept ha sido amor a primera vista, pero también es amor platónico, inalcanzable. Porque, al hecho de ser un prototipo, de esos que poquísima gente llega a conducir, hay que sumar que este es el coupé llamado a sustituir al actual y exclusivo Mercedes CL, así que ya nos podemos ir haciendo a la idea de que, al alcance de los bolsillos del común de los mortales no va a estar precisamente cuando llegue a la serie.

Pero más allá de ponernos los dientes largos, este concept car viene a adelantarnos por donde irán las líneas maestras en el futuro coupé grande de la marca de la estrella y posiblemente en otros modelos posteriores.

Deportivo y lujoso por fuera

Sus líneas, con la curva como norma, no pueden más que enamorarnos, y más cuando las vemos mezclarse con las rectas y ángulos de ese frontal, que, a la vez que parece ponernos “morritos” transpira fuerza y potencia por todos sus poros. Es ahí precisamente, donde más se nota el ADN de los actuales modelos Mercedes, recordando indudablemente al SLS y a los que han venido después, como el CLS o el nuevo Clase A.

Pero, si en su parte delantera el Clase S Coupé nos recuerda a otros coches de Mercedes, en la parte lateral tan sólo queda algún rasgo del actual CL, con su suave caída hacia la zaga haciéndonos pensar también en el SL o en los coupés de otras marcas, y, precisamente en la zaga, esos faros traseros hacen pensar más en BMW o, sobre todo en Audi, que en la casa que lo ha visto nacer.

Y si por fuera este Mercedes enamora a primera vista, por dentro desataría las pasiones de cualquier amante del olor a goma quemada, porque su brutal motor V8 biturbo de 4.663 cc entrega nada menos que 455 cv sin ayuda de motores eléctricos que valgan.

Futurista por dentro

Ya realmente dentro, el Clase S Coupé Concept no puede ocultar su carácter de prototipo, siendo una verdadera exposición de tecnología que aún tardaremos en poder disfrutar los ciudadanos de a pié, como su cámara estereoscópica y el sistema 6DVision, capaz de leer literalmente la carretera para adaptar la suspensión o sacarnos de algún aprieto al estar atenta a todo lo que ocurre a 50 metros por delante vehículo, ya sean otros vehículos o peatones.

A eso se puede sumar también un equipo de sonido conectado al servicio Moodgrid capaz de ofrecernos hasta 18 millones de canciones, o la enorme pantalla táctil que preside el salpicadero, de 12 pulgadas (más grande que un iPad de los grandes).

Y como no puede ser de otra manera tratándose de la marca alemana más lujosa, el interior está pulcramente diseñado con mezcla de materiales como la piel sobre todo, el aluminio y plásticos tan disimulados que parecen cualquier cosa menos plástico. Y todo ello además perfectamente iluminado gracias al espléndido techo panorámico con la tecnología fotosensible que ya lucen modelos como el SLK.

No sé vosotros, pero yo ya me muero de ganas de ver el modelo definitivo, de verlo rodar por las carreteras y de poder soñar un poco más, porque, el hecho de dejar de ser un prototipo no hará que esté más a mi alcance.