El Cronut, el dulce que surge de la fusión entre la rosquilla americana y el croissant francés se ha convertido en un auténtico fenómeno en los últimos tiempos y objeto de deseo para todos. Pero tiene un inconveniente que por todos es sabido, matar no mata, así que engorda... Hay polémica en estos días sobre si los instagramers se comen o no los dulces de las fotos que publican y es que darle mucho al cronut normalmente complica lo de lucir una figura esbelta y espectacular.
La cuestión es que estos dulces nos obligan a elegir entre rendirnos al placer de su sabor o ser fieles a las pautas de la operación bikini y tal vez el minicronut de SantaGloria pueda ayudarnos a encontrar el equilibrio, entre el hombrecito rojo que nos dice cómelo, cómelo... y el blanco que nos dice que lo que toca es una ensalada. Un minicronut puede ser es el capricho perfecto para desayunar o para merendar, pero sin pasarnos. En SantaGloria lo tenemos en cuatro variedades: chocolate blanco, chocolate negro, topping de avellana y glaseado.
Además sabemos que los pasteleros de SantaGloria elaboran los minicronuts de forma 100% artesanal, los hacen uno a uno con su tierna y hojaldrada masa de croissant y la forma de rosquilla tan característica. La única diferencia que tienen con respecto a los cronuts convencionales es que estos son tamaño mini y eso hará que al comerlos nos sintamos un poco menos culpables por haber pecado.
Los que vivís en Barcelona, Madrid, Valladolid, Vic o Andorra, estáis de suerte porque es en esos lugares en los que SantaGloria tiene tiendas. El resto tendremos que buscar alternativas en otras pastelerías de nuestras ciudades o esperar a que SantaGloria abra, donde vivimos, una de sus tiendas con estos minicronuts con esa pinta tan estupenda, pecados dulces pero en pequeñito.
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