Toma Café en el barrio de Malasaña y olvida todo lo que te enseñaron en Starbucks

Toma Café en el barrio de Malasaña y olvida todo lo que te enseñaron en Starbucks
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Reconozco que si hay algo que valoro de Starbucks (sí, una única cosa) es haber instaurado la cultura del café para llevar, porque si bien es cierto que en muchos sitios podías tomar un buen café, a menudo era complicado que el señor del bar de toda la vida te lo pusiese en un recipiente adecuado para poder llevártelo a un parque y degustarlo mientras lees al aire libre.

El resto: sus precios desorbitados, su forma de mancillar un buen café añadiéndole caramelo por debajo y nata por encima o el hecho de pedirte un café con leche y que sea básicamente leche, ya sabéis que son cosas que detesto y que culminan con mi teoría de que la gente que bebe café en Starbucks odia el café. Por eso, cuando una buena amiga conocedora de mis pequeñas (pero adorables) manías me llevó a Toma Café en la calle de la Palma... supe que tarde o temprano os hablaría del sitio.

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Bajando por la calle de la Palma hasta el número 49 tendrás que estar atento puesto que el sitio es pequeñito y probablemente si no vas buscándolo, ni siquiera te percates de que está ahí: una vez dentro, al fondo, hay un mostrador, a tu izquierda una barra de madera con unas sillas y a tu derecha la tentación de las tartas, las magdalenas y otros deliciosos postres a los que te será muy difícil resistirte.

Toma Café está decorado con ese toque rústico, de madera, que recuerda a lo natural. Y al fondo, en el mostrador, es donde nace la magia. Respecto a la idea de montar un negocio cuyo fundamento fuese el café, Santiago, uno de los ideólogos me explicó el por qué:

Surge de la necesidad de encontrar un sitio donde podamos, no solo consumir, si no aprender sobre café. En todo el mundo hay cada vez más propuestas de café de especialidad y no queríamos que Madrid esté fuera de esta ola
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Su filosofía es que les gusta lo que hacen y les gusta compartirlo... pero estaréis conmigo en que ese no es el secreto de un buen café, por eso me animé a preguntarles por eso, a fin de cuentas, es la base de su negocio, Santiago me sacó de dudas:

No creo que haya un secreto, lo que si hay pasos que tenemos que seguir, empezando por la elección de un buen café fresco. Es muy importante saber el origen y la fecha de tostado, y siempre tienen que ser arábicas. El segundo es la molienda. Tiene que ser en el momento previo a consumirlo y adaptada a la máquina que utilicemos, por ejemplo: una máquina espresso necesita una molienda fina y una máquina de embolo todo lo contrario. El tercero es el control del tiempo de extracción. Aquí también debemos saber cual es el tiempo correcto de infusión según la máquina que utilicemos, para un espresso es menos de medio minuto y para una de émbolo 4 minutos aproximadamente. Si seguimos estos pasos seguro que vamos a tener un buen café en nuestra taza.
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Siempre me ha parecido interesante, en cuanto a gastronomía, no solamente probar, comer y experimentar... también me gusta saber qué estoy probando, degustar algo y conocer mejor sus notas. Te das cuenta del esfuerzo que conlleva apostar por traer lo mejor de lo mejor a una ciudad y de las diferencias entre algo malo, algo bueno y algo sublime. También corres el riesgo de volverte insoportable, pero en la vida hay que correr riesgos.

Así que ya sabéis, si además de consumir queréis aprender sobre café, como dije Santiago, no dudéis en visitar Toma Café y daos un capricho.

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