De madre no hay más que una y siempre tendemos a pensar que la nuestra es la más mejor del planeta tierra. Al menos en mi caso, y es cierto: cada una tiene ese no sé qué que la hace especial y la convierte en un ser único (sin desmerecer la labor del padre). Saben cuidarte con dosis de besos, abrazos y mimos cuando uno está pocho, y tienen esa cura mágica para hacer desaparecer los problemas de un plumazo. Y aprovechando esa relación especial entre madre e hija, Sony quiso presentar hace unas semanas el lanzamiento del nuevo Xperia Z1 e invitó a varias parejas famosas con el fin de que las hijas tomaran fotos de sus madres. En el acto estuvieron presentes Miranda Makaroff y Brianda Fitz-James Stuart, una pareja de dj's que lo están petando últimamente.
Obviamente les hicimos varias preguntas con el fin de saber más sobre esa relación que cada una de ellas tienen con su inconfundible madre. ¿Queréis saber más?
¿Recordáis la primera imagen que inmortalizasteis con vuestro teléfono móvil? B: ¡Claro que sí! Empezamos con un pato, para seguir con ¡un montón de patitos! M: Pues si te he de ser sincera... ¡No me acuerdo en absoluto! (risas)
Hoy en día la gente fotografía sus looks, la comida, los perros y miles de paisajes para después subirlo a las redes sociales ¿Cuál es vuestro punto débil a la hora de colgar una imagen? B: Mi sobrina, siempre es tan graciosa y tan guapa que no puedes dejar de sacarle fotos... M: A mí las fotos que más me gusta colgar son aquellas que menos likes reciben ya que al final nadie las entiende. A veces veo arte en un portal, en una esquina donde hay una planta , o un trozo de escalera donde entra un rayo de luz.
Todas las relaciones entre madre e hija son un mundo pero, ¿cómo consideraríais la vuestra? ¿Os une una fuerte relación de amistad? B: Mi madre insiste en que hay que tener claro que ser madre es distinto de ser amiga... Pero la verdad es que nos une una fuerte complicidad que tiene mucho que ver con que, además, somos muy amigas. M: Especial y mágica. Amo a mi madre, es como una hada poderosa de un cuento. Tenemos una relación de confianza pura, desde siempre le he contado todo y eso ha hecho que estemos muy unidas y lo compartamos todo.
¿Es difícil diferenciar una relación madre-amiga? B: En nuestro caso, tenemos la suerte de hablar un mismo lenguaje, compartir gustos, aficiones y sentido del humor pero, además, un enorme respeto en las dos direcciones y pedir perdón cuando hace falta, eso lo facilita todo. M: ¡Claro! Sino, no tendría gracia.
El primer recuerdo de infancia que te venga a la mente relacionado con tu madre. B: Recuerdo esconderme en las faldas de mi madre porque me daban vergüenza los invitados. M: Pinturas, pigmentos, paisajes con musgo, paseos por la montaña, visitas a casa de amigos artistas y conocer a gente muy interesante. Pero por encima de todas las cosas, ser muy feliz.
¿Qué has aprendido de ella? B: Me ha inculcado la curiosidad por las cosas, a ver la vida siempre de forma positiva, la importancia de ser amable y respetar a los demás, el espíritu de sacrificio, no escatimar en esfuerzo pero tratar de disfrutar... Y el amor por los animales. M: Primero de todo, estar segura de mí misma pase lo que pase, y creer así en lo que dice mi interior. A ver más allá de mis narices, a leer entre líneas, creer en el amor y la fantasía para disfrutar de los pequeños momentos y vivir así al máximo.
Vuestras madres captaron vuestros primeros momentos con cámaras fotográficas y es posible que vosotras lo hagáis con las cámaras del teléfono móvil. ¿Qué creéis que será lo próximo? B: Cámaras implantadas en nuestra retina (risas). A la velocidad que evoluciona la tecnología ¡creo que todo puede ser posible! M: La telepatía.
Blog de moda, colaboraciones con marcas, viajes, dj. ¿Cómo lo compagináis todo para hacerlo bien y no volveros locas en el camino? B: Yo creo que es una suerte poder dedicarte a tantas cosas diferentes. Una nunca se aburre aunque hay veces que cuesta concentrarse en una cosa sin estar pensando en la otra. M: ¡Yo me vuelvo loca! Es imposible no hacerlo con mucho ajetreo. Pero es divertido ya que cada día se convierte en una aventura.
¿Cuándo nació la pasión por la música? ¿Cuándo y dónde pinchasteis por primera vez? B: Desde muy pequeña, aunque hace pocos años que empecé a comprar instrumentos e intentar tocarlos. Tengo ukeleles, guitarras, un serrucho, omnichord, armónica... Hace un par de años pinché por primera vez en el Nasti. Esa fue la primera vez que pinchamos juntas. M: Mi padre, Sergio Makaroff, es músico y cuando era pequeña se juntaba con los amigos para tocar y cantar durante horas. Recuerdo que la primera vez que pinché fue en un evento de Karen Millen junto a Gala González.
¿Variáis de estilo de música en función del evento y la gente o por el contrario tenéis un estilo muy marcado que os hace especiales? B: Un poco de las dos cosas: aunque tengamos un estilo definido, sí que es cierto que no puedes poner el mismo tipo de música en todos sitios aunque todas las sesiones tienen nuestro toque. M: Me adapto al evento y a la gente, aunque lo que sí intento es siempre mantener mi identidad. No me gusta pinchar música comercial, sino variar entre música nueva y hits memorables.
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