Cuando diseño, funcionalidad y prestaciones se funden en una sola pieza el éxito está casi asegurado. Eso es lo que ocurre precisamente con el último lanzamiento de la casa china Lenovo que poco a poco comienza a asomarse como una alternativa emergente en el campo de la tecnología de consumo.
Su último lanzamiento lo deja bien a las claras, la Lenovo Yoga es una tablet con una base cilíndrica que gracias a su diseño nos permite colocar la tablet en diferentes posiciones. Algo tan simple como original, aunque no es el primer dispositivo que se atreve con este tipo de base.
Su secreto reside en las tres posibles posiciones en las que podemos acoplar la tablet: en posición de libro, de inclinación y de stand, es decir, recta apoyada sobre una mesa.
Sus dimensiones tampoco pasan desapercibidas, con 3 mm de grosor en la parte más fina y una batería que promete una autonomía de 18 horas, estamos ante la alternativa china a un mercado que hasta ahora parecía limitado a unos pocas marcas.
Su precio también será su punto fuerte, sobre los 229 euros para el modelo de 8 pulgadas y 299 para el modelo de 10. ¿Quién dijo que el diseño no era asequible?
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