Nuestro fotógrafo de moda favorito, el siempre provocador Terry Richardson cuyas fotografías con esa estética sucia y transgresora nunca dejan indeferentes, ya tiene su propio toy y se llama, claro, Terrytoy.
Clavadito, no le falta ni un detalle: los tatoos en los brazos, sus características gafas de aviador, el crucifijo y esos calcetines blancos que hace mil años nos dijeron que no se llevaban y desde entonces no nos los hemos vuelto a poner. ¿Será a hora lo más cool?
Con su cámara ha inmortalizado a los rostros más perseguidos dentro del mundo de la moda para las marcas más prestigiosas en las principales revistas y mira donde se coloca él la cámara. Tanta exclusividad se paga y si quieres ser el próximo a quien Terry apunte con su objetivo no te quedará más remedio que desembolsar antes los 265 euros que cuesta cada edición limitada de Terrytoy.
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