Si la arruga terminó siendo bella, y los rotos ocuparon los armarios más exclusivos, es fácil entender que la mancha empiece a ser reivindicada. Hasta ahora la ropa, con lejías decolorantes y pinturas en estarcido, hacía buen uso de ella, pero nunca había sido propuesta en decoración, específicamente para el estirado momento de las visitas.
Más Información | Thorsten van Elten
Vía |Better living through design