Recuerdo que cuando era pequeño tenía en el techo unos planetas que, en un entorno de poca luz, se iluminaban levemente en color verde. Esta química llega también a las sábanas para crear un curioso accesorio para la cama de un pequeño astronauta.
En el día y con luz parecerá una sábana infantil cualquiera, con sus cohetes, estrellas y planetas. Por la noche muchos de ellos se iluminarán, dando lugar a pequeños detalles muy curiosos y llamativos, y que seguro al peque le encantan.

Se vende en Fancy por un precio de 60 euros al cambio, incluyendo sábana y un par de almohadas individuales.
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