Me pregunto si habrá alguien que siga enviando postales hoy en día. Una pena, porque viendo estas de PostCarden, dan ganas de plantarla un sello ahora mismo y echarla inmediatamente a un buzón.
Todo está perfectamente estudiado, hasta el juego de palabras de su nombre entre postal (post card) y jardín (garden), en inglés, claro. Cerrada una bonita postal (algo más ancha de lo normal) con su espacio para escribir en el reverso y una imagen en el anverso, que de lo contrario no sería una postal.
La sorpresa la encontrarás en su interior en un par de días, justo cuando comiencen a florecer las pequeñas semillas que previamente habrás tenido que esparcir por el espacio destinado al jardín y regado con unas gotas de agua.
Lo vas a entender mucho mejor viendo este vídeo que lo explica estupendamente.
Sorprendente ¿no?, pues no se trata de ninguno de esos prototipos que luego nunca ven la luz. No, PostCarden es tan real como que puedes hacerte con cualquiera de sus tres modelos: Allotment, Botanical y City por sólo 8,5 euros. ¿No habías soñado siempre con tener tu propio jadín?
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