La ministra de vivienda nos ha dicho que nos vayamos haciendo a la idea de que la casa familiar va a tener treinta metros cuadrados. Con esa foto en mente, debemos aprender de aquellos que tienen más caro el metro cuadroado: los japoneses. De todas las propuestas barajadas, nos quedamos con esta casa de un único espacio, en la que todo son estanterías pero todo son ventanas. Como lo ven. Los módulos de metal que sirven de pared son espacios de almacenamiento, y algunos de ellos están articulados. La casa se convierte en un tablero que alterna la luz y los objetos cotidianos: un cubo de rubik que une el interior y el exterior. Con todo lo enemigos que somos de los espacios pequeños, este salón creado por Yasuhiro Yamashita nos parece sencillamente extraordinario.
Vía | swissmiss