WMF lleva desde el año 1853 fabricando utensilios que han contribuido a modernizar "mesas y cocinas" con un aire elegante y desenfadado. Del rito del café a las limpias cuberterías de acero inoxidable que la empresa alemana ha encargado a prestigiosos diseñadores de fama internacional.
Pero WMF y sus diseñadores han innovado con muchos otros materiales que van más allá del acero inoxidable. Es el caso del plástico. Un buen ejemplo es la Serie McEgg de las diseñadoras Köhler & Wilms.
Todo comenzó con una huevera de plástico para estimular a los más pequeños a consumir huevos pasados por agua en la hora del desayuno. Nacía la huevera "McEgg".
La función del martillo, claro, es la de "romper" la parte superior de la cascara. La función de la cuchara, va incluida, todavía está más clara, claro. McEgg también está disponible en dos variantes para niños muy futboleros. Una para aficionados del Bayern y otra con el señor McEgg en el saque de esquina. El balón es un salero. Ay, salero, salero, salero...
La huevera ha sido un éxito y la familia plástica ha crecido. A las hueveras se han sumado otras referencias para niños y niñas de todas las edades. Como el simpático TeaEgg, que flota para no hundirse en la taza mientras se prepara la infusión de un buen té.
El divertido y original Astronut, un cascanueces que llega desde el espacio, también pertenece a la excepcional familia diseñada por Köhler & Wilms para WMF. Excepcional, también, por su precio asequible. La marca WMF presume de precios por encima de la media del mercado.
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