Tengo que confesarlo: estoy observando la imagen del KKis y estoy salivando. Igual por eso en su web, su creador, Martin Jakobsen afirma que KKis es 'sweet like a kiss'. La idea es precisamente esa, que el contacto con este delicado diseño sea sútil como un beso, que puedas tomarlo prácticamente de un bocado y sin necesidad de cucurucho, que le resta cierta elegancia.
Yo no sé si me conformaría solo con un bocado, pero supongo que para servirlo en casa con invitados habría que mantener el tipo y disimular un poco.
Concebido para presentar el helado en forma de canapé, creo que se le pueden buscar otras utilidades. ¿Cuántas veces has invitado a comer a unos amigos en casa y el postre que has reservado resulta demasiado pesado después de una comida tan copiosa? O tienes una tarrina o barra de helado y no se te ocurre cómo servirlo sin recurrir al corte con galleta de toda la vida.
¿Y por qué esperar al postre? Puedes ofrecerlo de entrante con un salmorejo o una ensalada de hierbas, o un risotto de hongos o...bueno, en fin, que el autor puede que le haya concebido con una utilidad concreta, pero nosotros le podemos dar infinidad de usos distintos. Su precio es de 47€, aunque teniendo en cuenta que solo trae tres "copas", no sé yo si voy a tener que recurrir al cornete o al helado de palo.