No entiendo por qué nos empeñamos en encontrar las lámparas más rebuscadas cuando la mayoría de las veces es precisamente en la sencillez donde radica toda la belleza.
Al diseñador alemán Holger Volk se le encendió la bombilla al darse cuenta que no era necesario esconderla si no todo lo contrario, darle todo el protagonismo como el símbolo de la iluminación que es y creó Holon.
La belleza de la bombilla queda enmarcada en un fino marco redondeado, así de simple, se hizo la luz. Esta disponible en dos versiones, lámpara de píe (170 euros) y de pared (70 euros). Apaga y vámonos.
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