Hay miles de maneras de hacer de nuestra cocina un lugar único y diferente al resto de cocinas del mundo. ¿Por qué conformarnos con lo habitual, si podemos crear un espacio propio en el que nos encante estar? No hace falta invertir un dineral, sino recurrir a pequeños detalles asequibles que nos ayuden a personalizarla.
Un buen ejemplo lo aporta la sensacional compañía neoyorkina de diseño DBA. A sus espaldas se han echado la tarea de transformar pequeños objetos de la vida cotidiana en una nueva versión de sí mismos, más eficaces y respetuosos con el medio ambiente. Y esta vez le ha tocado el turno a este chulísimo escurreplatos. Nada de poner los platos y cubiertos encima de un trapo de la cocina, o de recurrir al típico escurridor de los chinos.
Este escurreplatos, compuesto por cientos de pequeñas púas flexibles, se adapta a cualquier objeto que necesitemos escurrir, desde platos y tazas hasta cucharas o tenedores. Todavía no está a la venta, pero en cuanto salga al mercado, habrá que estar pendiente para hacernos con uno.