No sé si aun siguen existiendo pero recuerdo que en mi infancia estos caramelos en forma de pequeñas pastillas eran unos de mis favoritos. Y seguramente no fuera por su sabor (tampoco era tan especial) sino por el famoso dispensador de caramelos PEZ en el que los cargabas e ibas soltando uno a uno a golpe de cabeza. Todavía conservo alguno de aquella época.
A los de Atypyk no se les ha ocurrido otra cosa que customizarlos, haciendo estas piezas únicas, algunas de ellas no tan dulces.
Puedes ver todos los modelos en la web que han creado para la ocasión, o alguno más si sigues leyendo.




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