En las últimas décadas hemos vivido el crecimiento de las zonas verdes de las ciudades. Parques y jardines que en ocasiones suponen varias hectáreas de terreno dentro de una ciudad. Y el coste que tienen estas superficies es enorme, claro.
Os presento un curioso diseño para ahorrar parte de los costes de un jardín público: utilizar los deshechos de un baño público para regar las plantas, arbolitos y lo que sea necesario. Obviamente por ahora no es más que un diseño que, por cierto, seguramente esté mal visto entre la población: ¿Qué os parece?
Lo más probable es que se requiera que los deshechos se filtren para que lleguen de la mejor forma a las plantas, y también es posible que haya que actuar para evitar un mal olor en la zona donde - supuestamente - se instalarían estos urinarios públicos. Curioso, desde luego, y quién sabe si en 50 años no tenemos algo así en nuestras casas: ¡que viva el autoabastecimiento!