No nos vamos a engañar, tener un perro en un piso diminuto es un auténtico coñazo (y ahora es cuando muchos me pondrán a parir). Ni él dispone del espacio necesario, ni tú conseguirás tenerlo todo tan limpio como te gustaría.
Aún recuerdo (como para olvidarme) la visita hace un par de semanas de unos amigos (que espero no sean lectores de compradiccion) con su nuevo perro y como este se encargó de estrenar mi sofá blanco, cuyas fundas acababa de sacar de la lavadora, paseándose tranquilamente sobre él.
Definitivamente me quedo con el mejor amigo del hombre en forma de lámpara, que no suelta pelo, ni huele, ni tienes que sacar a pasear. Diggy Lamp, con tres niveles de intensidad regulables a base de palmaditas en la cabeza y que gira gracias a unos sensores que lleva incorporados. ¡Buen chico!
Cuesta 100 euros y entenderás mejor su funcionamiento si sigues leyendo.
Vía | I New Idea Más Información | Drinkstuff