¿Por qué lo llaman orejeras cuando, en realidad, quieren decir orejas? Ahora ya no hay duda, Bunny Chair es un sillón creado por Iskos-Berlin para la firma danesa Normann en el que tu cabeza se apoyará entre dos grandes orejas más propias de un peluche que de una pieza de mobiliario.
Y es que Bunny pretende convertirse en tu amigo jugetón y que nunca te separes de él. Ya puedes ir pensando en quedarte a vivir en el sillón, como si no fuera lo que has estado haciendo hasta ahora.
Está disponible en tres colores, gris, rojo y morado, combinándolos puedes conseguir figuras espectaculares, pero te va a salir un poco cara la siesta, cada uno cuesta 3.000 euros. ¿No era el silón el mejor amigo del hombre?