Más vale tarde que nunca, que se suele decir. La semana pasada visité la exposición 'Georges Méliès. La magia del cine' en Caixaforum Madrid. Y digo lo de tarde porque la exposición lleva desde el 26 de septiembre. Y lo de nunca porque, lamentablemente, solo estará hasta el 8 de diciembre. Y yo, que soy un caos como persona, siempre termino pensando eso de "Ya iré" y al final nunca voy.
Me ha pasado con infinidad de exposiciones temporales y chico, no puede ser. Como no quiero que os pase a vosotros os recuerdo que esta muestra sigue en Madrid y os recomiendo con todas mis fuerzas que no os la perdáis. Especialmente si os apasiona el mundo del cine.
Y es que Caixaforum rinde homenaje a uno de los padres del cine: el maravilloso George Méliès, a quien tanto debemos los amantes del celuloide. Un mago que decidió tomar una cámara y sentó las bases de lo que hoy en día es el cine: puro entretenimiento. La exposición es un recorrido por su obra y también por su influencia, con piezas originales como parte del vestuario que utilizó para rodar "Viaje a la luna" o su primera cámara.
Tuve la suerte de entrar cuando estaban visitando la exposición varios colegios y debo admitir que me sentí como una niña más. No es que me quedase parada para recibir las explicaciones gratis (bueno, quizás si que lo hice una o dos veces), es que esta exposición es pura magia: te permite volver a tu niñez tocando artilugios, mirando a través de los aparatosos modelos de cámaras y por supuesto, sentándote para disfrutar de parte de su obra.
Además de descubrir la importancia de Méliès, es muy interesante conocer también, de forma paralela, su propia vida: lo que supuso en su tiempo y la persona que fue. Muy triste, sobre todo, cómo terminó sus días: en una pequeña juguetería de París, vendiendo los juguetes en la estación de tren hasta que un periodista le redescubrió y decidió rendirle un último homenaje. Gracias a Caixaforum ese homenaje no fue el último: larga vida a George Méliès.
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