Cinco motivos por los que en Navidad me invade el espíritu de El Grinch

Ya está, ya ha llegado: el peor mejor día del año para muchos. Ya podemos saborear la Navidad con todo su jugo y yo sigo sin creérmelo. Esta noche algo malo pasará, lo noto, lo sé. Y es que cada año suceden una serie de acontecimientos que han hecho que con la edad me vaya convirtiendo poco a poco en El Grinch. Odio la Navidad, sí, ¿qué pasa? He aquí los motivos de ello.

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Cinco motivos por los que en Navidad me invade el espíritu de El Grinch ( 5 fotos)

¿Sigues sin tener novio querida?

Ser la soltera de la familia a tu edad #noesbien. Entre tu grupo de amigas (y amigos) eres lo más: gozas de soltería y puedes hacer lo que te de la gana. Pero ese sentimiento de triunfo desaparece al llegar las Navidades y reunirte con la familia: todos te ven como un bicho raro y como la oveja negra. Cada segundo que pasa es una oportunidad menos para ser normal y formar una familia. Te invade una sensación extraña de que el arroz está más que pasado. Y todo se remata con la famosa frase yo a tu edad...

Las apariencias engañan

Mientras que parte de tu familia te ve como un caso perdido y la otra parte te considera la oveja negra por no lograr tener a alguien a tu lado, tu prima angelical es todo lo contrario a ti. Guapa, simpática, lista... Lo que no saben es la doble vida que lleva y que al final es la más tremenda de las dos. Ya sabes, dime de qué presumes y te diré de qué careces bonita.

La edad del pavo

Navidad es significado de reunirse con toda la familia entera... Incluyendo a aquella parte que por algún extraño motivo (no recuerdas el porqué) no ves en un año. Y de repente ¡zas! te acuerdas de los motivos: debes aguantar a tu primo 20 años menor que tú, que se cree Justin Bieber y que te tira los trastos. Lo peor de todo es que la familia se ríe de sus locuaces ocurrencias y cuando intentas ponerle los puntos sobre las íes todo el mundo te mira mal. ¿No ven lo mismo que yo?

El amigo invisible


¿En qué momento a alguien se le ocurrió jugar al amigo invisible? Seguro que en su familia no existía alguien como tu tía Gertrudis que, por algún fenómeno paranormal que ni Iker Jiménez sabría resolver, siempre eres tú su destinatario para sus regalos. Y los suyos son de profesional: todo lo que recolecta del Bingo te lo regala en forma de panera. ¡Sonríe!

Enfado con la báscula

Después de aguantar todos estos puntos, es normal que te hayas pasado un poco con el azúcar (y el alcohol). ¿El problema? Tu báscula tiene el mismo problema que tus familiares y te está vacilando con una cifra muy por encima de tu peso real. Por que yo eso no lo peso... ¿O sí? Definitivamente necesito mi bote de Ben & Jerry's para superar tal trauma.

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