Piénsalo bien, la vida de un osito de peluche no es tan fácil, entonces ¿por qué tienen todos esa cara de felicidad?
Wilson Plush no. Con su cara de mala leche deja muy claro que no soporta que le manoseen, pisoteen, baboseen y mucho menos que le dejen abandonado sentado sobre la colcha de la cama todo el día, consciente de que es la mayor de las horteradas.
Frank Kozik lo ha creado dentro de la serie Grumpsters para Kid Robot y su precio es de unos 22 euros. Mantener cerca del alcance de los niños, que se vayan dando cuenta que la vida no es cuento de hadas ni un capitulo de dibujos animados. Tranquilo, que no muerde.
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