Es así que el diseñador industrial francés Petit Romain decidió dar forma a las Heineken Cube, unas botellas de cerveza de forma cúbica para las que el creativo tiene una explicación.
Sí, es que según explica las ha diseñado para reducir el espacio, porque su forma optimiza el almacenamiento a lo largo de la cadena que va desde el fabricante hasta el consumidor final. De este modo, genera un ahorro de combustible significativo durante el transporte.
Además, su forma minimalista "da una fuerte identidad visual y la integridad como un objeto simbólico en la memoria del consumidor". Porque realmente es algo diferente y único. ¿Quién podría olvidar una botella de cerveza con forma de cubo?
Pues se trata de un modelo conceptual del diseñador. ¿Llegará ésta o alguna otra marca a abandonar el formato de botella corriente para darle lugar a la forma cúbica? Sería toda una apuesta, muy valiente. Y el público ¿Se adaptaría a esta original propuesta?