Durante tres décadas largas, el desayuno de los campeones no era el cacao soluble; un porcentaje enorme de la población comenzaba el día invariablemente con un café y un cigarrillo.
Las nuevas generaciones han evitado severamente el tabaquismo y tal vez le comiencen a hacer ascos a la cafeína. Pero todos aquellos que han vivido ese desayuno invariable, el anillo Café y Cigarro es una declaración de principios. Igual que hay gente que luce camisetas de grupos musicales que les gustaban cuando era joven. Sólo que el tabaco está mucho peor visto. Toda una declaración de principios. Incluidos los de los domingos. 45 euros.