Bueno, el caso es que en algunos de los clubs más molones de U.K. ya han dado con la solución, colocando en sus locales maquinas expendedoras de bailarinas. Para que las chicas, después de una noche de marcha, pueden volver cómodamente a su casa por su propio píe y sin necesidad de probar el frío asfalto.
El invento se llama Afterheels (despúes de los tacones), unas bailarinas ecológicas realizadas con materiales biodegradables, empaquetadas en un envase del tamaño de un paquete de tabaco que incluye una bolsa para que lleves en ella esos odiosos tacones, aunque yo que tú los abandonaba en la papelera más cercana. Su precio no llega a los 6 euros. Ya me dirás las veces que te acuerdas de esta maquina a partir de ahora.
Vía | Monkeyzen
Sitio Oficial | Afterheels