¿Estáis cansados de la típica pizza margarita? Pues hoy os propongo para esas noches de verano en lo que más apetece es algo ligero y sin complicaciones, que probéis con un relleno nuevo lleno de sabor, como el que le he puesto a esta pizza con sardinas, calabacín y tomate, y que está delicioso.
Simplemente con unas latas de conserva de esas que todos solemos tener en la despensa y dos hortalizas, conseguimos darle un giro a lo clásico y que comer pizza no sea aburrido. Así que hoy ¡venga!, nunca mejor dicho, poneos manos a la masa, que esta noche cenamos pizza.
Ingredientes para una pizza de treinta centímetros de diámetro
- Para la masa casera de pizza: 400 g de harina, 200 ml de agua templada, 50 ml de aceite de oliva, 1 cucharada sopera de levadura seca de panadería, 1 cucharadita de azúcar, sal.
- Para el relleno: 8 lonchas de queso gouda, 3 tomates, 1 calabacín mediano, 2 latas pequeñas de sardinas, sal, pimienta, orégano, albahaca, tomillo, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer pizza con sardinas, calabacín y tomate
Comenzaremos preparando nuestra masa casera de pizza. Para ello en un bol echamos el agua templada y el aceite, la levadura seca y el azúcar. Removemos con unas varillas y dejamos diez minutos para comprobar que la levadura hace espuma y funciona correctamente.
Entonces vamos añadiendo la harina con la sal y amasando con las manos hasta lograr una masa elástica y que no se pegue. La dejamos en un recipiente en un lugar templado una hora para que leve. Cuando pase el tiempo desgasificamos y la estiramos encima de una bandeja de horno o piedra de pizza, aún crecerá todavía un poco mientras que se prepara el relleno. Precalentamos el horno a 220 grados con calor por abajo.
En una bandeja de horno extendemos la masa y forramos el fondo de la pizza con las lonchas de queso Gouda. Cortamos los tomates en rodajas y los disponemos en el centro de la pizza haciendo una circunferencia que llegue a tres centímetros del borde.
Laminamos con un cuchillo afilado o una mandolina el calabacín a lo largo. Cada rodaja la cortamos longitudinalmente en dos y enrollamos en forma de flor, colocando estos rollitos por la zona exterior de la pizza hasta cubrirla por completo.
Disponemos las sardinas en conserva encima de los tomates, salpimentamos, espolvoreamos las hierbas aromáticas y regamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Horneamos durante treinta minutos o hasta que veamos cocida la masa de pizza. Retiramos del horno y servimos caliente.
Tiempo de elaboración | 50 minutos + tiempo de levado
Dificultad | Fácil
Degustación
Esta pizza de sardinas, calabacín y tomate es perfecta para una cena de verano. Si queréis simplificar la receta y no estar tanto tiempo en la cocina, siempre podéis recurrir a comprar una masa de pizza refrigerada. Aunque yo os animo a que probéis a hacerla en casa, es muy sencilla, siempre sale bien y además amasar, ¡libera tensiones!
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