Si sois observadores es probable que os hayáis fijado en que en muchas de las imágenes que comparto en redes sociales aparece un castillo. El castillo está situado en uno de mis lugares favoritos, un sitio precioso pero algo desconocido. En realidad creo que no os debería hablar mucho de él, porque luego querréis venir todos y se llenará más de la cuenta.
La cuestión es que ese castillo está situado en una pequeña isla, hoy en día unida mediante un puente de madera a un pueblo llamado Santa Cruz, este pueblo forma parte del ayuntamiento de Oleiros muy cerca de La Coruña. De hecho además del castillo en si, que suele albergar exposiciones dentro, otro de los encantos de la zona es que desde allí puede verse a la perfección el skyline de la ciudad incluyendo la Torre de Hércules. Pero si queremos visitar la zona necesitamos un buen hotel y para eso está el Portocobo.
El hotel Portocobo para mi lleva en su lugar toda la vida, porque fue construido en los años sesenta, pero ha sido renovado por completo recientemente, en 2011, y hoy en día se puede decir de él que es un hotel muy moderno. Para muestra un botón y la recepción que podéis ver en la foto sobre estas líneas.
El hotel tiene acceso directo al paseo marítimo del pueblo que podéis ver en la foto sobre estas líneas. A la derecha de la imagen está el puerto, de frente la isla con el Castillo de Santa Cruz y hacia la izquierda un precioso paseo de madera que atraviesa por el medio del bosque y que nos lleva en pocos minutos a la playa de Bastiagueiro, una de las mejores de la zona.
Si el exterior es realmente maravilloso, las habitaciones del hotel no desmerecen, totalmente renovadas hace un par de años al igual que todo el conjunto del edificio, son amplias, acogedora y confortables, con todas las comodidades que podemos necesitar para una estancia de esas que no se olvidan.
En el hotel además de recibir visitantes también se celebran eventos, mucha de la gente de la zona celebra su bota o alguna otra ocasión especial en el salón que el hotel tiene especialmente preparado para ello. Los aperitivos se sirven en la terraza, si el tiempo lo permite y después desde el interior del comedor se puede seguir disfrutando de unas fantásticas vistas al mar.
Yo nunca he dormido allí porque tengo casa cerca, pero ya he tenido el placer de asistir a algún que otro evento y he tomado en su bar en varias ocasiones, por algo está ubicado en uno de mis lugares de relax y desconexión favoritos. Y os puedo asegurar que si las vistas son de lujo la comida también es fantástica, tanto de menú como a la carta, por no hablar del brunch de los domingos...
Con todo lo que os he dicho apuesto a que ya no estáis leyendo Trendencias Lifestyle sino que estáis reservando vuelo para viajar al aeropuerto de Alvedro. Pero aún digo más, si os animáis a venir avisadme, que si estoy por aquí aún os hago de guía para que visitéis las zonas mas destacadas y otros locales de interés gastronómico del lugar.
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