El caso de Dionisio Peláez nos habla de cómo la pasión abre caminos capaces de cambiarnos la vida por completo. Su formación en leyes le llevó durante años a ejercer de abogado. Por aquél entonces ya era un enamorado del arte y del diseño.
Poco a poco, su verdadera vocación se fue abriendo paso hasta hacer que colgara la toga y se adentrara en el mundo de la decoración y la arquitectura de interiores. Hoy cuenta con una colección de muebles capaz de hacernos soñar al mirarla, como la Mesa Clip (en la imagen). ¿Quieres descubrirla conmigo?
Sobre estas líneas aparece un conjunto de mesas Oriol, la que se ha convertido ya en su pieza más icónica. Realizada, como la mayor parte de sus muebles, en forja, (auque también trabaja con maderas nobles) resume a la perfección el ADN de la obra de Dionisio: diseño funcional y emotivo; a medio camino entre un mueble y una escultura.
Bajo mi punto de vista, sus piezas tienen poesía y equilibrio funcional a partes iguales. Como este aparador, el modelo Ona: su sobre de acero recuerda la superficie del mar, siempre en permanente movimiento, y le aporta un look ligero y fresco. Un bonito broche para el amplio espacio de almacenamiento que tiene en su interior. ¿Por qué un aparador debe ser anodino?
El mobiliario de Peláez está hecho siempre a medida y pensado para espacios muy concretos. Huye de la producción en masa pues crea cada mueble para unos clientes que buscan algo especial y para un determinado rincón de su casa. De ahí que, con esas premisas desarrolle una mesa, un aparador o una estantería (como el modelo Hidra, en la imagen) que dialogue con el entorno y hable, también, de sus dueños.
Como decía antes, creo que sus diseños aúnan funcionalidad y emoción, trasmiten sensaciones como puede hacerlo un cuadro o una escultura. De hecho, ¿no te parece que las dos partes de la mesa Aster son como las piezas de un puzzle que esperan que las completes con tu vida?
Sitio Oficial | Dionisio Peláez
En Trendencias Lifestyle | Deja que Ralh Lauren decore tu hogar con Left Bank En Trendencias Lifestyle | Un pequeño tributo personal a Niemeyer