Hay un viejo adagio que habla de la relación entre las personas y los vasos de sus consumiciones. En un extremo, lo abandona tranquilamente en la barra. En el otro, camina con el vaso prácticamente abrazado.
Las personas que no gustan de dejar su bebida en la mesa ni en el suelo, y tienen el acto reflejo de guardarla en los muslos, verán un gran hallazgo en las tazas especiales modelo Rodilla, con la base redondeada, y modelo Entre-las piernas, con la base en pico. Ambas pensadas para el máximo equiilibrio.
Vajilla pensada para esa amiga que se sienta en posiciones extrañas, y que frecuenta los cojines del suelo. Todos tenemos alguna.