¿Bony, Pantera Rosa o Tigretón?, ¿Nancy o Leslie?, ¿por cuantos clicks me cambiarías un airgamboy?, ¿y un madelman?, ¿sabes diferenciar a Pixie de Dixie?, ¿de que color era el Blandiblú?, ¿y el chicle Cosmos? Confiesa, ¿cuántos discos tienes de Parchís? Basta, basta, eres el perfecto treintaytantos que estábamos buscando.
Óscar Lombana también lo es y ha reunido en el libro Papel y plástico todos los iconos con los que algunos crecimos. Aquellos maravillosos juguetes, nuestras primeras golosinas, los personajes de las series de televisión que coleccionábamos en cromos, ¿que me dices del Cinexín?
128 páginas llenas de nostalgia que la Editorial Astiberri lanza en su Colección Astiberri Pop por tan sólo 13 euros. Sólo para mayores de treinta, ¿a que aún conservas alguna de estas reliquias?
Yo jamás me desprenderé de estos videojuegos viejunos. Mucho antes de que llegara internet, la Play, la Wii y las multiples Nintendo ya soñabamos con llevarnos a la pantalla de nuestra tele todos los juegos de la tienda de recreativos en la que nos pasábamos el día metidos. Los videojuegos Philips sólo fue un arcaico primer intento.
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