De un tiempo a esta parte, la proliferación de tiendas que venden todo tipo de jabones naturales ha sido exponencial. Y no me quejo en absoluto, porque servidora es adicta a estos artículos de tocador y cada vez que pasa por delante de una puerta abierta que deja escapar esas esencias, la tarjeta le quema en el bolso y no puede contenerse.
Mi último descubrimiento han sido los productos de La Jabonería Galesa. En su catálogo podemos encontrar jabones hechos a base de aceite de oliva, como los de caléndula, dulce de limón o grosella, jabones de glicerina combinados con chocolate y menta, coco y nueces o piña colada. ¡Dan ganas de comérselos!
Si de vez en cuando te gusta darte un buen baño relajante, te recomiendo que no dejes de lado las bombas de baño de lima, incienso y enebro, rosa y white musk o canela y almendra. Seguro que intentas comerte la espuma a cucharadas. Y para quedar más suave que un conejito blanco, después del baño podrás aplicarte cualquiera de sus cremas y geles naturales, como los hechos a base de coco, rosa mosqueta o cítricos.
Y si el detalle es para otro, puedes dejarlo en manos de sus cestas de regalo ya preparadas, que incluyen diferentes productos, o puedes encargarles una personalizada indicándoles qué jabones y cremas quieres que lleve. Todo un lujo.
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