Seguro que muchos ya conocéis el jabón de acero, pero yo lo acabo de descubrir. He tenido la ocasión de probarlo y puedo garantizaros que funciona, así que ahí va por si queda algún rezagado.
Basta con frotar nuestras manos con este jabón y un poco de agua y automáticamente desaparecen esos desagradables y persistentes olores que se quedan impregnados en nuestras manos y que tan difícil resulta eliminarlos.
De entre todos ellos creo que es el olor a ajo el que más odio. Muchas veces prescindo de utilizar este condimento a la hora de cocinar por no arriesgarme a estar recordando su olor en mis manos durante horas.
El jabón cuesta 6,96 euros y creo que no está de más tener uno en la cocina, los que están a tu alrededor te lo agradecerán.
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