Si hay una marca en fotografía que enamora por igual a los expertos y a los hipsters, esa es si duda Leica. En lo que no se pondrán de acuerdo unos y otros tan fácilmente, es en la última “invención” de los alemanes.
Los profesionales, porque no estarán muy a gusto viendo a Leica entrar en el terreno de las cámaras instantáneas, y los hipsters estarán encantados al ver que, una de las mejores marcas de cámaras y ópticas, ha decidido crear la Sofort, la instantánea que todos querrán llevar al cuello durante mucho tiempo y que además no descuida ese aire retro que tanto les gusta.
Porque, a ver quién es capaz de negar que una Leica capaz de imprimir sus propias fotos no es la cámara más molona para ir de viaje. Más si tenemos en cuenta sus reducidas dimensiones, que no llegan a 13 centímetros en su lado más largo.
Luego está eso de tener una lente fabricada por la propia Leica, garantía inequívoca de calidad de imagen, claro. Una lente que equivale a una de 34 milímetros, algo perfecto, por ejemplo para retratos. Además, la Sofort, nos ofrece fotos de 6,2 por 4,6 centímetros, lo habitual en este tipo de cámaras ya que usa la misma película que la Instax Mini de Fujifilm.
En cuanto a la usabilidad, podéis estar tranquilos que esta cámara no viene para complicaros la vida. Sus modos de uso son bastante fáciles e intuitivos y conectar o desconectar cosas como el flash o el temporizador es cosa de pulsar un único botón, sin navegar por complejos menús y pantallas. Y ese es otro de sus aciertos para los que quieren hacer click sin complicaciones, su pantalla es simple como pocas y muestra sólo lo que necesitamos saber respecto a nuestro próximo disparo.
En cuanto al precio, la exclusividad de Leica se paga, claro está, pero tampoco hablamos de lo que cuesta una cámara compacta de gama alta o una reflex de última generación: tener la cámara que atraiga todas las miradas sale por unos 279 euros. Lo que te gastes en película disparando una y otra vez ya es cosa tuya.
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