BMW parece haber tocado techo con su gama Mini ahora que nos la ofrece en todos los colores y sabores (y con eso me refiero al Clubman, al Countryman, Paceman, Roadster, Coupé... más que a la gama cromática)… Muy pocos imáginabamos hace unos años cuando vimos el renacer del mito que esto podía estirar tanto, pero así ha sido, y además sin apenas acusar fatiga en ventas, siendo uno de los modelos más deseados del mercado por ciertos sectores de público.
Pero claro, eso no quita que, aunque ya lleven un par de generaciones de este nuevo Mini, se echen en falta más cambios y, aunque sea leve, una modernización de líneas. Y para eso está el Mini Vision Concept.
Sí, estamos ante un prototipo, un concept car, que le llaman en la industria del automóvil; un vehículo para ser exhibido en salones, aunque en este caso parece plenamente funcional y casi, casi listo para pasar a la serie... Al menos visto desde el exterior.
Ahí, las líneas prácticamente se han estilizado, pero se han mantenido casi todos los elementos que hacen del Mini tanto un coche fácilmente identificable como un verdadero heredero del clásico, del que luce mucho de su estética.
La calandra, o parrilla si os es más familiar el término, es dónde más se nota el cambio en el frontal, ya que pasa a ser de forma hexagonal, como en el Mini clásico, uniendo en una sola lo que en el modelo actual son dos rejillas de ventilación diferentes, una por encima del paragolpes y otra por debajo. Así, los faros antiniebla pasan a integrarse en esta rejilla en lugar de en el faldón delantero.
En el lateral llama la atención un techo más integrado con una zona acristalada mucho más redondeada en todos sus ángulos, de líneas más “futuristas”, y, sobre todo, esas marcadas líneas en plástico gris que enmarcan desde el guardabarros delantero hasta el trasero, pasando por las taloneras y subiendo por el lateral hacia el pilar A. Es quizás el detalle menos atractivo que veo en este prototipo, sobre todo porque me hace pensar demasiado en el Smart Forfour.
Mención especial merecen los tiradores de las puertas, casi invisibles, escondidos bajo el marco inferior de las ventanillas; todo un detalle de diseño, al igual que sus estilizados retrovisores, completamente renovados a la vez que se mantiene la esencia de los anteriores.
La trasera de este Mini Vision Concept aparece algo más conservadora, aunque a nadie le pasará desapercibido el crecimiento que han sufrido los pilotos, aun manteniendo prácticamente las mismas formas.
Pero, si este nuevo Mini en su parte exterior parece listo para ir directamente a los concesionarios, en el interior deja claro que aún estamos ante un prototipo, y ahí muestra toda la extravagancia de la que las marcas suelen hacer gala cuando se presentan en salones con concept cars.
Dentro, el enfoque es mucho más futurista, y en él destacan los llamativos acabados en el salpicadero y la zona para los pies de conductor y copiloto y sobre todo los relojes, aunque el protagonismo es casi todo para el central, que, según se ha dicho en muchos medios, deja de ser el velocímetro (y eso parece confirmar esta foto), para ejercer otras funciones que aún están por determinar.
En definitiva, tenemos un nuevo ejemplo de cómo cambiarlo todo para que no cambie nada, que nos deja claro que el próximo Mini quiere ser diferente, pero siendo el mismo; manteniendo su esencia. Van por buen camino, no se puede negar, así que esperemos a ver como se plasma este concepto finalmente en el modelo de serie, aunque parece que lo más difícil de este trabajo ya está hecho.
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